lunes, 14 de junio de 2010

fernando se fue

Hasta el año 2002, sólo había oído hablar de él en ocasionales conversaciones familiares como un tío lejano que daba clases de Historia y tenía una inevitable tendencia hacia la "cáscara amarga", pero cuando aterricé en Extremadura, tierra de mis ancestros como si hubiera llegado a Israel buscando la Tierra Prometida, me lo encontré en magra y frondosa carne mortal. Ahí estaba, investido de cátedra de las de a ciento cincuenta temas la pieza, con su dosis de mala leche y su otra dosis de bondad, complicado sin tocar las pelotas y al mismo tiempo sencillo sin campechanía, productos ambos de un toque de timidez o de verdadero mal carácter, cosa que nunca sabré, entre otras cosas porque no me la voy a preguntar ni a preguntársela a él.

Y no digo más de su carácter porque no soy ni su psicoanalista ni su confesor ni su padre, simplemente con quererlo -sin mariconadas- me basta. Ese individuo fue mi mentor en mi primer año de profesor de Secundaria, el primero que descubrió de casualidad quién era mi novia y el primero al que invitamos a la boda, uno de los primeros en coger en brazos a mi heredero, y no me cogió a mí porque anda la canal más allá de las nueve arrobas y no andamos para muchas tonterías.

Ayer por la mañana lo he visto en el café Ducados en mano y me ha dicho que había dado la última clase de su vida. Se extingue una especie de animales de aula que vieron a la generación de los que hicimos el glorioso BUP enamorarse de la Democracia y que han visto otra generación de la LOGSE desorientada en mitad de algo que nadie sabe cómo vamos a arreglar, y que cobrará su última paga en activo recortada como pago a sus servicios, aunque como dice él, las crisis son el parto de la Historia. Ya iremos viendo.

El mundo de la Secundaria será un poco peor de lo que es hoy a partir de Septiembre, porque los Fernandos se acaban y lo peor es que los que venimos detrás nunca podremos ser Fernandos, porque el sistema no nos lo va a permitir.

Pero a fin de cuentas, eso ya no es cosa de Fernando, lo suyo es su cosecha en su tierra de labranza cerca de Caurium, los naranjos en flor y la brisa moviendo el trigo mientras el patricio lee un libro al atardecer del mes de Junio antes de la siega. Su blog, la biblioteca de Alejandría y la manzana de Apple -posiblemente esto sea por su tendencia al pecado-, serán sus compañeros. Buen viaje Maestro.

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